Publicado hace 11 años por BCN85 a estroncio-90.blogspot.com.es

EEn 1903, J.J. Thompson escribió una carta a una revista donde contó que había descubierto la presencia de radiactividad en el agua de pozo. Esto llevó a que las aguas de muchos de los manantiales del mundo más famosos también contenían partículas radiactivas. Por supuesto, en seguida se asoció la radiactividad de las aguas con su gran poder curativo. El Dr. C.G. Davis, señaló que: "La radioactividad previene la demencia, despierta emociones nobles, retrasa el envejecimiento, y proporciona una vida alegre y juvenil."