En Roma existen unos setenta adoquines dorados que representan dolor y sufrimiento. Cada uno de ellos cuenta una historia con nombre y apellido, una historia de las víctimas del Holocausto judío.
La semana que viene voy a Polonia con unos amigos e iremos a ver Auschwitz. Ya he visto otros campos de concentración y solo de pensar que voy a ver otro me pongo mala.
Esas atrocidades... con todos, niños incluídos. Creo que es lo más bajo a lo que el ser humano puede llegar, no sé cómo semejante barbarie pudo ocurrir.
Comentarios
La semana que viene voy a Polonia con unos amigos e iremos a ver Auschwitz. Ya he visto otros campos de concentración y solo de pensar que voy a ver otro me pongo mala.
Esas atrocidades... con todos, niños incluídos. Creo que es lo más bajo a lo que el ser humano puede llegar, no sé cómo semejante barbarie pudo ocurrir.
Y como se comenta al final de la noticia, no sólo hay en Roma. ¡Hay 20000 repartidos por todo Europa!