Hace 10 años | Por --208634-- a jotdown.es
Publicado hace 10 años por --208634-- a jotdown.es

Tengo la manía de pensar que lo que es necesario es posible y tiene que hacerse real [...] Una batalla que hay que librar claramente es la de las listas abiertas. Ya sé que hay gente que dice: «Si da igual, si los votantes no conocemos a las personas». Ya lo sé. Pero eso no es el tema. El tema es que eso le quitaría fuerza a los partidos. Porque claro, la maquinaria del partido tiene la fuerza de decir: «tú, tú y tú, y los otros fuera». En el momento en que les quitas esa fuerza, la cosa cambia totalmente.

Comentarios

D

No cambia nada. La mayoria eligira la lista q proponga el partido. Nadie va a elegir entre 300 diputados que no conocemos. En los paises que se hizo aoenas el 3% de electores modificaba la lista propuesta. Obcecarse con estos temas es no ver el problema real: la falta de representatividad.

D

#1 "Consiste en entender, por una parte, que la democracia representativa es difícilmente superable, que en las sociedades en las que estamos no hay más remedio que elegir representantes. Hay gente que dice: «existen medios, como a través de internet, para hacerlo de otro modo». Pero tendríamos que estar todos los españoles pegados a internet todo el día, discutiendo las leyes, leyéndonos los informes, estando preparados para las votaciones… y ¿quién daría clases? ¿Quién vendría a hacer entrevistas? Estaríamos todos siempre pendientes de todo aquello. Así que creo que la democracia representativa es difícilmente superable, en el sentido de que tenemos que elegir representantes y que las decisiones se tomen por mayoría. Pero lo importante es cómo se llegan a formar las mayorías. Las mayorías se pueden formar a través de la deliberación, a través de la discusión, hablando de los temas de tal manera que sí, al final se llega a una votación porque no hay más remedio, pero lo importante es que la gente haya deliberado antes, que haya discutido en el nivel del Parlamento, en el nivel del Senado, en el nivel de la calle, de las comisiones de ética, de las comisiones de empresa… que haya existido una masa de deliberación. Que la gente haya discutido los temas, a poder ser racionalmente, lo menos visceralmente posible. No porque no tenga que haber emociones… claro que hay emociones, la vida se hace de sentimientos también, ¿no? Pero una cosa es el sentimiento y otra cosa es la visceralidad. La democracia deliberativa entiende que la democracia representativa no puede ser sustituida por otra cosa, pero tiene que tener mucha dimensión de deliberación, de discusión racional, de hablar sobre los temas. De manera que cuando al final se llega a la votación, lo más interesante no es la votación en sí, sino todo lo que ha venido antes. De lo contrario no podemos hablar de que hay «pueblo». ¿Qué es un pueblo? Gente que delibera, que debate, que se preocupa, que se interesa y que intenta intercambiar argumentos, que intenta no ser visceral. Eso sería la clave de la democracia deliberativa."