Las grandes cabezas pensantes el mundo de los negocios y las finanzas han encontrado al fin el modo de competir con China: convertirnos a todos en chinos, con sus mismos derechos, su misma jornada y su misma democracia real. Lo triste, amigos, es que en otros tiempos, ante el abuso, el trabajador se levantaba y hoy se acuesta...
Comentarios
¡Qué pena!. Tiene razón el artículo.
Qué bazofia de artículo. Lástima que el autor no haya abierto en su vida el Estatuto de los Trabajadores antes de escribir este pedazo de mierda.