Hay reticencia, vagancia o pasotismo a la hora de cambiar de banco definitivamente. Da igual que nos cobren comisiones por tarjetas, transferencias o que nos "enchufen" el producto de turno, "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". ¿Por qué cuando no nos gusta un restaurante, no volvemos más y esto mismo no ocurre con los bancos?
|
etiquetas: banco , ahorros , dinero