Publicado hace 9 años por --457369-- a carlosmagro.wordpress.com

“Todas las ideas están destinadas a desaparecer, basta esperar el momento de su aparición“, sostiene Félicien Raegge en La flèche du temps (Grenoble, 1934). De Raegge sabemos que un día paseando por las calles de Ginebra tuvo la intuición de la naturaleza invertible del tiempo. Llegó a ella, según nos cuenta Rodolfo Wilcock (La sinagoga de los iconoclastas), al recordar una famosa frase de Helvetius que dice: “los antiguos somos nosotros“. Los precursores de Raegge son numerosos pero todos ellos sostienen más o menos la misma idea de que los su