Hace 8 años | Por Horned a gazeta-antropologia.es
Publicado hace 8 años por Horned a gazeta-antropologia.es

La violencia perpetrada por mujeres hacia varones en las relaciones de pareja heterosexual ha sido un tema tabú desde hace décadas... El “varón maltratado” reacciona ante el hecho de encontrarse en el lado opuesto de las expectativas de lo que debe ser un hombre (dominación, poder y control). Este sentimiento conduce a la vergüenza que... es un concepto eminentemente social... Los varones maltratados desarrollan una estrategia básica que les ayuda a hacer visible su situación: las referencias constantes a la paternidad.

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Horned

A modo de resumen

Los sujetos objeto de estudio en este artículo se definen ellos mismos como casos excepcionales debido a que consideran que sus propias experiencias no encajan con las del imaginario colectivo español. La excepcionalidad de su relato tiene consecuencias en su (in)capacidad de expresión pública que viene condicionada por diversos aspectos que envuelven el fenómeno del varón maltratado en España: la invisibilización social y académica de estas situaciones, la vergüenza experimentada por estos varones al no adecuarse al ideal masculino de poder y control, y la necesidad de gestionar el temor a las posibles reaccionas burlescas con que se encuentran al relatar sus vivencias. Para superar estos condicionantes, los varones entrevistados intentan mostrar que no son un caso aislado; pero su estrategia principal es aludir a la defensa de la paternidad como elemento legitimador de la identidad masculina. Si tienen hijos con la mujer agresora muestran la necesidad de expresar públicamente sus casos como una reivindicación del ejercicio de una paternidad positiva.

Los varones entrevistados intentan legitimar su posición como víctima de maltrato por parte de su pareja. Estos varones reformulan el discurso de género para desmarcarse de los roles característicos de la masculinidad hegemónica. Los varones maltratados rechazan aquellos comportamientos socialmente mal vistos del “macho” que consideran que deslegitimarían su situación de “víctimas”. Deben negociar el requisito de vulnerabilidad inherente a la definición institucional y social de “víctima” en el universo de la violencia en las relaciones de pareja y para ello utilizan los ataques que reciben en el ejercicio de su paternidad. Hemos encontrado también que los varones estudiados tienen dificultades para hablar de agresiones físicas sufridas ya que en sus relatos se usan evasivas y minimizaciones de su importancia. La negación de la importancia de la agresión física se relaciona con el control del dolor que creen que deben tener por el hecho de “ser hombre” (“no me sentí agredido porque no me hizo daño”). En cambio, se extienden en la expresión de su situación de víctima de violencia psicológica para definir su vulnerabilidad. El relato de violencia psicológica no es un elemento tan atacante a la masculinidad como puede ser la violencia física y apelan a la paternidad como condicionante principal de su vulnerabilidad al ligarles a una dependencia emocional con su pareja y obligarles a permanecer en el domicilio conyugal.

D

me lo guardo para leerlo

Horned