Desde el inicio de la estrategia de devaluación interna, los titulares de la prensa y las voces complacientes con la política del gobierno están poniendo el acento en la mejora de nuestro saldo exterior como síntoma inequívoco de la mejora de la competitividad española. Sin embargo, una revisión histórica de las tendencias en relación con el comportamiento de nuestro sector exterior nos muestra que, con ser positivo ese comportamiento, no todo son luces en el mismo.

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