Resulta que el simpático conejo es unos de los principales enemigos del ferrocarril. Y con tal temido adversario no hay lugar para las chanzas. Este mamífero lagomorfo de la familia laporidae, como le describen las enciclopedias, se atrinchera en las zonas de exclusión del AVE, donde no puede acceder ni los cazadores ni sus perros, horadan como queso gruyere el terreno y socavan la zona superficial de los terraplenes y trincheras, lo que en múltiples ocasiones provoca una disminución de la estabilidad de las infraestructuras.
Comentarios
Atrapamos a los conejos y los mandamos a Australia. Allá tienen tantos que unos pocos más ni se van a notar.
¿Ha vuelto la censura? Jodo, con el PP
Yo me comería un buen conejo ahora mismo.
Se me ocurre una solución :podemos soltar unos cuantos conejos a los que previamente inocularemos con el virus de la mixomatosis. Esos conejos contagiarán a los otros que están por la zona, y así los conejos dejarán de molestar al AVE. Buena idea, ?no¿.