El estado de Honduras se siente sin responsabilidad ante el pueblo Garífuna por el despojo de tierras en Triunfo de la Cruz. La técnica es fácil: lo ha hecho desaparecer como pueblo indígena para no cumplir con las obligaciones del convenio 169 de la OIT. Ese es su argumento ante la Corte interamericana de Derechos Humanos (CIDH)