Sin agua, sin un lugar donde refugiarse del sol, con decenas de garrapatas y pulgas comiéndoles la piel, y con un montón de patatas fritas depositadas sobre sus propias heces como único alimento. En este lamentable estado se encontraron agentes de la Guardia Civil, a una veintena de perros y media doncena de caballos en tres fincas de un ganadero de Bullas.