Hace 15 años | Por Sedda a guerraeterna.com
Publicado hace 15 años por Sedda a guerraeterna.com

Siempre provocadoras, las portadas de The New Yorker manejan distintos grados de sutileza. Esta vez han llevado la sátira hasta el final con consecuencias imprevistas para los responsables de la revista. Han pintado a Obama de musulmán, a su mujer de militante armada de los Panteras Negras, o algo así, en una habitación presidida por un retrato de Bin Laden y con una chimenea en la que arde la bandera de EEUU.

Comentarios