Tradicionalmente ha existido la creencia de que la toxoplasmosis era transmitida a las embarazadas únicamente a través de los gatos. Es más, muchas veces no se conocía la enfermedad en sí, si no que simplemente se creía que embarazadas y gatos no eran compatibles. Ahora vinculan un aumento del riesgo de sufrir esquizofrenia con la convivencia con gato. Veamos que hay de cierto en ello
Comentarios
Los Simpson ya lo hicieron
Dice mi gata que no es cierto.