Este perfil no es tan raro, hay mucho flipado en las artes marciales. Yo empezé en el karate con un profesor atípico. Las clases eran muy informales, la idea era controlar tus movimientos, no machacar a golpes a nadie. Cuando cambié de ciudad y me apunté a un gimnasio de uno de estos Rambos, no duré más de 4 sesiones.
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No somos los más tolerantes por convicción. Si no por ser unos borregos que nos creemos todo lo que dicen en la tele. No es lo mismo. Si la tele condenara la homosexualidad, seríamos los campones de la homofobia.