A Stone le debo mucha horas de diversión, pero vamos, está como una puta cabra. Si me dijera que el sol sale de día lo comprobaría por si acaso.
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Pero ese es el problema que hay en España, y sospecho que en muchos sitios. Aquí existe el definirse de izquierdas o de derechas. Facha o rojo. Y es como tu equipo de fútbol, pero no en plan que eres fan de ese equipo, le animas, vas a sus partidos y tal, no. Eres anti-del-otro-equipo. Así que, como odias a ese equipo, votas lo que más se le oponga.
No hay razones racionales para odiar a ese equipo, tan solo existe la posición que has tomado, tus ganas de formar parte de un grupo, y tu voluntad de hacer sufrir al rival todo lo posible, porque es lo único que te da placer de verdad. Las emociones más básicas y negativas se imponen.
Si te preguntan si te has dedicado a pensar críticamente al respecto, dices que sí, porque criticas las malas jugadas de tu equipo, sin descanso. Aunque luego, en redes, reuniones sociales y cualquier foro, tan solo sueltes bilis del rival. Y que, después de todo, por mucho que critiques a tu equipo, al final le votas puntualmente, cada ocasión. Da igual lo que pase.