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Un poquito de propiedad al hablar. Se pide el genocidio o no se pide, ser cómplice de pedir sería como darle el megáfono al que lo pide, que no tiene nada que ver con lo que ha sucedido.

De todas formas, entre los que piden el fin de la ocupación y los que cometen un genocidio, yo tengo claro cuál es el bando bueno.

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Que puede ser una industria legítima y una parte importante de los estados democráticos, si todo fuese serio, que tampoco lo es, pero qué mierda es esa para mezclarla con el deporte. Deberían prohibirlo las instituciones deportivas. Igual que las casas de apuestas, el deporte de masas debería ser para todos los públicos.