Afortunadamente para ellos mismos, los andaluces se están volviendo aporófobos, porque están dejando de considerar que esté bien y de defender como un derecho el poderse hacer nacer a los hijos en la pobreza o la precariedad.
Si el sistema económico no es capaz de crecer y desarrollarse para adaptarse al tamaño de la población, entonces la población tendrá que reducir su tamaño para adaptarse a sus capacidades económicas. Es lo lógico.
Por otra parte, en un país donde el "sistema" son el capitalismo y la monarquía, ese sistema nunca jamás sabrá expandirse ni desarrollarse para adaptarse al tamaño de la población, sino que, por el contrario, ese "sistema" seguirá causando la pobreza, la precariedad y el subdesarrollo perpetuos y estructurales que tenemos en España desde tiempos inmemoriales.
En definitiva, que para arreglar Andalucía, y en general para arreglar cualquier región pobre de España, hace falta reducir dos cosas:
- reducir población
- erradicar el capitalismo y la monarquía.
Andalucía está ahora mismo dando ciertos indicios de racionalidad, al estar mostrando que parece estar haciendo lo primero (reducir población; es decir, los andaluces se están volviendo aporófobos). Por tanto, los andaluces están dejando de votar capitalismo y monarquía con sus proles. Al menos por ahora parece que están empezando a hacerlo.
Así que ahora ya solo falta que los andaluces también empiecen a dejar de votar capitalismo y monarquía con sus papeletas electorales, porque mientras lo sigan haciendo, seguirán teniendo precariedad, pobreza, desempleo, hostelería, fiesta, religión, maltrato animal, subdesarrollo y pérdida de población. En cierto modo, cuando los andaluces votan capitalismo, monarquía y pobreza con sus papeletas electorales, están votando por su propia desaparición como población, pues el capitalismo y la monarquía equivalen a una economía desaparecida, a desequilibrio económico, a pobreza, a precariedad, a subdesarrollo, y cuando no hay economía, tampoco tiene sentido que haya población, y la que hay tiene una existencia pobre, indigna, de signo negativo.
Ya veremos si los andaluces son capaces de quitarse de encima la ofuscación del capitalismo, de la monarquía, de la hostelería, de la fiesta, de la religión, del maltrato animal, de la precariedad y del subdesarrollo, porque mientras los andaluces andan debatiéndose con superar estos dilemas, otros pueblos andan ya desde hace muchísimo tiempo debatiéndose sobre cómo compatibilizar la física cuántica y la física relativista, o sobre cómo asentar unos fundamentos rigurosos para las matemáticas.
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Salu3