¿Esas especies dan dinero? - pregunta el banquero.
No, claro que no. - responde el ecolegista.
Bueno, ya sebe usted, a la gente le preocupan los temas medioambientales - afirma el político dirigiéndose al banquero.
¡Entonces no sirven para nada! Estorban a la actividad económica. Los únicos animales que hay que preservar son los toros de lidia, lo demás, si no dan dinero, están de sobra - replica el banquero con cara de ira y zanjando la cuestión.
Pero... - comienza el banquero.
¡Ni pero ni hostias, fuera de aquí! - exclama el banquero. Usted quédese -ordena al político- tenemos que tratar otros temas.
El ecologista se aleja con odio en sus ojos, mientras el político se pregunta qué otros temas querrá ordenar el amo.
Qué ilusión les hará a los hosteleros. Mañana a beber en casa. Lo siento por ellos.