Desde luego, nadie puede negar que el gobierno de Milei (y él mismo) son asiduos a las salidas de tono y las tonterías. Pero por otro lado, ¿qué narices hace un ministro del Gobierno de España llamando drogadicto a un presidente de otro país?
Desde luego Oscar Puente ha dejado claro que no da la talla para un puesto de responsabilidad, porque lo mínimo que se pide es un poco de mesura a la hora de emitir declaraciones y el mantenimiento de las mínimas normas de respeto, pero ni siquiera llega a eso.
#8 Aunque es entendible, rebajarse al nivel más bajo nunca es bueno y no puede ser aplaudido. Lo contrario es fomentar este tipo de actitudes y degradar aún más el escenario político.