#1 No creo que haya mucha diferencia por disciplina, la clave, a mi parecer, es la relación de poder que se establece. Además en arqueología hay trabajo de campo: más exposición física y muchas veces fuera del entorno habitual.
En el campo académico hay que chupar muchos culos para ascender y se aprovechan de eso, especialmente si eres mujer. También es verdad que dice que la mayoría era abuso visual o verbal, vamos, que los casos realmente graves entiendo que serán menos, sin quitar importancia a la incomodidad de trabajar rodeada de salidos en un trabajo de campo...
#6 Sector pequeño sin crecimiento, corporativista, jerárquico, de poca rotación, de gente que proviene de los mismos departamentos universitarios y que se conocen todos, y obviamente con mucha lealtad entre ellos, ya sea tácita o explicita, suficiente como para que se pueda llegar a estas cotas de abuso de poder y de acoso sin que salte todo por los aires. Los que no están en sintonía personal no consiguen quedarse en los departamentos, en los equipos de excavación, puestos de adjunto, etc, los que sí han cuajado han ido formando este ambiente hermético. Clarísimo caso de nepotismo. Las consecuencias dependen del entorno, nepotismo en un entorno de dinero te permite mover sobres, nepotismo en un entorno yo que sé, de taxistas, te permite quedarte las mejores zonas, en este caso particular no hay mucho dinero que mover, el poder y la lealtad supongo que la usan para asegurar sus puestos y financiaciones, y de paso para intentar apretar a las universitarias jóvenes que pasan por allí de prácticas sin que nadie hable mucho.