Las personas normales hacen su vida y de reojo miran esto en las noticias y tendrán su opinión, pero la mayoría no las expresa. Quizás ocasionalmente durante el café si coincide con las noticias.
Luego se toman el café y salen, trabajan, ríen, comen, follan y se van a las cama.
Pero los políticos europeos están haciendo de esto nuestra política de guerra. Nos han metido en una guerra que nos la trae floja. Unas políticas que no hemos votado, impuestas.
La maquinaria mediática hecha humo para hacernos ver qué tenemos que comprometernos, que estos son los malos y que por algún motivo tenemos que enfrentarnos a ellos. Tomamos en café viendo el precio de las hipotecas, la electricidad, el gas y la inflación.
Levantamos la ceja.
Sale Úrsula y Borrell. Entre los dos, en sueldo y dietas se levantan un millón de euros al año.
Nos dicen que tenemos que hacer sacrificios.
Yo no les he votado.
Yo no he votado está política de guerra.
Hasta el último ucraniano.
Hasta el último europeo.
Mierda de café.
Poco pan y pésimo circo.
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Vaya puto polvorín, ya veréis en 18 días lo que va a pasar. El ratio de contagios nos parecera irrelevante. Bueno, ahora mismo tenemos un incremento de casos por habitante mas grande que ellos.