Hace 8 meses | Por solnegre a elnacional.cat
Publicado hace 8 meses por solnegre a elnacional.cat

El Madrid político y económico, con el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, blandiendo la Constitución, boicoteó todo lo que pudo la OPA de Gas Natural con el argumento de que Endesa no podía ser catalana. Pudo ser alemana y acabaría en manos de la italiana Enel, que, lógicamente, le ha sacado todo el jugo que ha podido, y que ha acabado poniendo bajo control italiano activos de interés que la compañía tenía en Latinoamérica.

Verdaderofalso

En España y en medio mundo comprando empresas e inviertiendo miles de millones allá donde quieren

D

No es nada curioso que los amigos del golfo ganen poder. en España.
El antiguo rey de España se ha hecho rico con "regalos" de esa gente. Algo ha dado a cambio.
No es muy difícil saber qué da a cambio un jefe de estado corrupto.
Los españoles no valemos nada para nuestro rey. Solo nos usa para vendernos y ganar dinero.
Los que todavía no pensáis que la monarquía es una institución obsoleta, se os acumula el trabajo: ya tenéis que asumir que es obsoleta y corrupta.

ochoceros

Esos servicios "ruinosos" para el estado que la derecha no tuvo más remedio que regalar a precios totalmente ridículos y fuera del mercado. A mucho menos que el "precio de amigo". Ahora el estado tiene muchísimos menos ingresos y casi ningún control sobre dichos servicios de los que depende la población del país; hemos perdido la soberanía económica y estructural.

Claro que no dejan de ser servicios esenciales para la población, y por tanto el nuevo dueño siempre puede tratar de apretar más al estado para sacar el máximo de dinero posible gastando lo mínimo, porque los súbditos españoles dependemos de ellos. Si hay que bajarles los impuestos o aportarles subvenciones, tienen línea de negociación prioritaria. Si hay que hacer arreglos de infraestructuras, también van a agarrarnos de los huevos.

Y que nadie se piense que con estos buitres privados sale nada más barato, que no son los buenos reyes magos venidos de oriente cargados de regalos. Son el exponente más duro del capitalismo, acostumbrados incluso a aprovecharse de la semi-esclavitud en pleno s. XXI.