Admiradora de Pierre Boulez, Olivier Messiaen, Iannis Xenakis y Karlheinz Stockhausen, la pianista soviética concibió el arte como una expresión de disidencia política y se enfrentó al estalinismo, asumiendo el riesgo de ser borrada de la Historia para siempre.
#1 Si esto fuera stalinéame estarías ahora en la puta siberia muerto de frio y peleándote por unas alpargatas con un oso polar, pero mírate, delante de un ordenador, diciendo gilipolleces sin parar día tras día y no ha venido nadie del KGB a pegarte un tiro en la nuca. A ver si va a resultar que eres un troll de mierda que se ampara cobardemente en la libertad de expresión que tienes aquí para decir sandeces.
Comentarios
Esto no interesa en Stalinéame, por favor.
#1 Si esto fuera stalinéame estarías ahora en la puta siberia muerto de frio y peleándote por unas alpargatas con un oso polar, pero mírate, delante de un ordenador, diciendo gilipolleces sin parar día tras día y no ha venido nadie del KGB a pegarte un tiro en la nuca. A ver si va a resultar que eres un troll de mierda que se ampara cobardemente en la libertad de expresión que tienes aquí para decir sandeces.