Durante la Segunda Guerra Mundial los bombardeos eran enormemente imprecisos, sobre todo los nocturnos. El trabajo de los bombarderos que iban en cabeza no era nada sencillo. Las siguientes oleadas de bombardeo se orientaban mucho mejor: simplemente seguían la luz de los incendios causados en tierra por los que les precedían. Los británicos aprovecharon esta oportunidad y erigieron y utilizaron durante la guerra señuelos de fuego para confundir y desviar a los bombarderos nocturnos nazis, los ‘Sitios Starfish’.
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La idea era conseguir que las segundas y subsiguientes oleadas de bombarderos alemanes creyeran que lo que allí ardía era su blanco, y lanzaran así sus bombas sobre campos de cultivo, donde sólo podían matar a alguna vaca u oveja despistadas.