Pocas cosas parecen más ajenas a la realidad que las cuentas que el presidente de Pescanova, Manuel Fernández de Sousa, llevó al consejo de administración el pasado 28 de febrero, un día antes de presentar el preconcurso de acreedores. La empresa no sólo ocultó una deuda de 2.000 millones de euros -los compromisos financieros totales, incluyendo la emisión de bonos, se elevan así a 3.400 millones- sino que infló además presuntamente sus fondos propios y presentó unos resultados que no se correspondían con la realidad.
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Bankia style
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europapress.esY ahora cerrará y todos a llorar. A mí no me dan ninguna pena, salvo por los trabajadores.
Esta es la Marca España del Sr Rosell Presidente de la CEOE, de nuestro "estimado" Gobierno del PP y otros tantos gansos que se creen muy listos.
Salu2
La historia Pescanova arrastra desmanes y está abocada al caos desde hace muchos años ¿Qué suponen irregularidades contables cuando eso es algo harto frecuente en miles y miles de empresas?