Conocí al juez Garzón en 1997, cuando, con mi esposa Mara La Madrid, le elevamos una denuncia por el asesinato de mi hijo Marcelo Ariel y la desaparición de mi nuera María Claudia, padres de una niña o un niño nacido en cautiverio del cual supe la existencia por la Secretaría de Estado de El Vaticano. Era el único juez ante quien podíamos hacerlo: no había otro en el mundo dispuesto a escuchar el relato de los crímenes cometidos por la dictadura militar argentina. No había otro juez en el mundo que atendiera las heridas de las víctimas de Pinoc
Comentarios
Lo malo del asunto es que se entiende de puta madre. Basta con ver quién le denuncia y quién le juzga. Este asunto da MUCHO asco. Y sentimientos de indefensión. Alarma social le llaman.
La justicia en España huele a carroña.
#1 totalmente de acuerdo contigo.
Se entiende muy bien, y se lleva fatal.
Nadie dice que no sea un buen juez, un poco amante de las cámaras y con poca suerte con los sumarios que le tocan que acaban todos publicados en "El País" antes de instruirse.... Pero con el tema de las fosas presuntamente prevaricó, pues ya había dicho él mismo que no era competente en un auto y luego siguió investigando...ya no hablo de si lo del Faisán era para intentar que no se siguiera con la causa o no que me llamaréis Pedro J.
Hay juristas que opinan que en el momento que España firmó y ratificó el tratado sobre crímenes contra la humanidad, quedaba derogada la ley de amnistía en los aspectos que amnistiaban secuestros, juicios sumarísimos etc.
se le entiende demasiado bien.