Gracias a planteamientos como estos, cada curso tenemos más alumnos capaces de superar mecánicamente unos exámenes risibles, pero incapaces de expresarse de forma adulta y crítica. Alumnos a los que, en un ejercicio de cinismo, les recriminaremos -cómo no- su desinterés por la lectura.
Cien por cien de acuerdo, si yo me aficioné a la lectura fue porque empecé a leer libros por mi cuenta. Si es por lo que me obligaban a leer en el colegio no tocaría un libro ni por equivocación.
Como ejemplo aún recuerdo como con diez años nos mandaron un libro que trataba sobre un internado a finales de los años 50, al profesor le recordará su juventud pero que me expliquen como un niño de diez años criado en la era de la abundancia va a comprender las vivencias de unos niños que pasaban faltas por más aventuras que tenga el libro.
Desde mi punto de vista a los alumnos de colegios e institutos se le ha de introducir con libros que sean amenos y comprensibles ya que fomentarán la lectura, una vez el habito tomado se puede pasar a clásicos más complejos.
Evidentemente esto no solo va para la asignatura descrita en el articulo sino para todas las asignaturas de literatura.
El problema es que no tenemos claro que una cosa es el fomento de la lectura (con implicaciones favorables en la mayoría de los procesos cognitivos y de aprendizaje) o el fomento de un tipo de literatura perteneciente a un canon más o menos acertado.
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Cien por cien de acuerdo, si yo me aficioné a la lectura fue porque empecé a leer libros por mi cuenta. Si es por lo que me obligaban a leer en el colegio no tocaría un libro ni por equivocación.
Como ejemplo aún recuerdo como con diez años nos mandaron un libro que trataba sobre un internado a finales de los años 50, al profesor le recordará su juventud pero que me expliquen como un niño de diez años criado en la era de la abundancia va a comprender las vivencias de unos niños que pasaban faltas por más aventuras que tenga el libro.
Desde mi punto de vista a los alumnos de colegios e institutos se le ha de introducir con libros que sean amenos y comprensibles ya que fomentarán la lectura, una vez el habito tomado se puede pasar a clásicos más complejos.
Evidentemente esto no solo va para la asignatura descrita en el articulo sino para todas las asignaturas de literatura.
El problema es que no tenemos claro que una cosa es el fomento de la lectura (con implicaciones favorables en la mayoría de los procesos cognitivos y de aprendizaje) o el fomento de un tipo de literatura perteneciente a un canon más o menos acertado.