Publicado hace 14 años por solelena a themaskedlady.blogspot.com

Según la tradición de los escritores mahometanos, Nabucodonosor, después de arruinar el templo de Jerusalén, repartió los despojos entre los príncipes de su comitiva. Al emperador griego le tocó la túnica de Adán y la vara de Moisés; al de Antioquía, el trono de la reina de Saba; al de Armenia, la esmeralda de Zulcarnein, y al de España la mesa de oro de Salomón. Se suponía que el rey Salomón había escrito en ella todo el conocimiento del Universo, la fórmula de la Creación y el verdadero nombre de Dios.

Comentarios

DexterMorgan

Que mitología mas interesante.
No deja de resultar hilarante que luego salgan pseudoarqueologos hablando del palacio de la reina de Saba, o del Arca de la Alianza.

onnabancho

Sólo por lo del "emperador griego" al servicio de Nabucodonosor... ¬_¬;;;;;;