Hace 15 años | Por personare a lavanguardia.es
Publicado hace 15 años por personare a lavanguardia.es

El diagnóstico está claro, Japón es hoy el enfermo de los países desarrollados. La segunda potencia económica del mundo se halla sumida en una profunda recesión y la debilidad del Gobierno que dirige el primer ministro Taro Aso le impide impulsar cualquier iniciativa legislativa. Una situación que podría desembocar en la mayor reestructuración del panorama político del país desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, tras las elecciones legislativas que deberían celebrarse en octubre como muy tarde.

Comentarios

tocameroque

Hace años que Japón está en recesión, pero consumen como cosacos, viven como rajás tecnológicos y los ves viajando por todas partes...lo que ellos llaman recesión, me temo que no es lo mismo que nosotros.

ertitoagus

Pues si hablamos de los japoneses,habrá que cargar con todo, digo yo: la altísima tasa de suicidios, el ostracismo social de los fracasados en el instituto, el racismo impenitente, competir a ver quien es el primer trabajador en llegar al curro y el último en irse, la bajísima natalidad, la casi desaparicicón de las relaciones sexuales... eso si, ni un papel en el suelo (by burbuja.info)

iramosjan

#1 Para empezar, hay que tener en cuenta que no es lo mismo una contracción del PIB de un -1% cuando la población laboral crece un 3%, que en el caso japonés, en el que la población decrece cerca de un 1% también. El nivel de vida del japonés medio apenas ha variado; incluso puede que haya subido a pesar de la recesión, porque ahora hay menos japoneses.

Pero el caso japonés es en cualquier caso instructivo, y aún más porque cada día tiene más visos de haberse adelantado a lo que ahora está ocurriendo en todo el mundo: crisis del mercado inmobiliario, problemas bancarios, amenaza de deflación, estancamiento del PIB y luego bajada del mismo, tipos de interés cero... Suena conocido, ¿verdad?

Pero el problema japonés se está agravando, y mucho, porque hasta ahora la fortaleza de las exportaciones mantenía a flote la economía. Pero la crisis se ha vuelto mundial, y de repente la tecnología punta y la ingeniería fiable ya no garantizan nada. Y no hay respuesta de momento a la pregunta de qué puede hacer una economía exportadora cuando ya no tiene mercados de exportación y la respuesta de los años 30 (invadir China) no es demasiado atractiva.