Hace 11 meses | Por Dakaira a nortes.me
Publicado hace 11 meses por Dakaira a nortes.me

La sensación, para el que no está habituado a andar por los bares de Asturias, es extraña: de repente, un grupo de clientes saca una guitarra o una acordeón o una pandereta y empieza a cantar. Los cantantes no son profesionales, pero tampoco en un son borrachos —al menos no es un requisito— (AST)