El cineasta Paolo Taviani, autor junto a su hermano Vittorio de algunas de las películas más destacadas de la cinematografía italiana de la segunda mitad del siglo XX, ha muerto hoy en Roma a los 92 años de edad, tras una breve enfermedad. El suyo siempre fue un cine político fraguado en la década de los sesenta, anticipando algunos de los principios motrices de Mayo del 68 y de las enseñanzas de referentes como Pier Paolo Pasolini. Lo dejaron claro enseguida en 'Un uomo da bruciare' ('Hay que quemar a un hombre', 1962).
Comentarios
A mí me impactó Padre Padrone, del mundo rural profundo a la civilización actual. Recomendable.
Hay que quemar a un hombre (Un uomo da bruciare) (1962) premio mejor pelicula
Bajo el signo del escorpión (Sotto il segno dello scorpione) (1969)
No estoy solo (San Michele aveva un gallo ) (1972)
Allonsanfan (1973)
Padre padrone (1977) Palma de oro de Cannes
El prado (Il prato) (1979)
La noche de San Lorenzo (La notte di San Lorenzo ) (1982) Gran premio del jurado
Kaos (1984)
Good morning, Babilonia (1987)
El sol también sale de noche (Il sole anche di notte) (1990)
Las afinidades electivas (Le affinitá elettive) (1996)
Tú ries (Tu ridi) (1998)
César debe morir (Cesare deve morire) (2012)
1986 León de Oro a toda una carrera
Yo los descubrí con Allonsanfan y a partir de ahí le seguí
cine de autor, político (porque todo en la vida es política) y una forma de trabajar respetuosa, repartida entre los dos, narrando una Italia rural y obrera
Los Taviani, guionistas de todas sus películas poseían una excelente claridad de ideas. Para poder rodar juntos del modo en que lo hacen, descargaban la mayor parte de su trabajo en los preparativos. Pero lo absolutamente indispensable es que poseían los mismos intereses y, entre ellos, uno de los principales era la reconstrucción de momentos históricos y las luchas obreras.
Una vida de 92 años que para mi ha durado minutos, me acabo de enterar que existía y se ha muerto.
Que pena de vida, de verdad,
Que DEP
#1 Siempre me sorprende cómo en internet los ignorantes se jactan de serlo como si fuese un mérito.