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#2:
Militares españoles asesinando a sangre fría a ciudadanos españoles inocentes e indefensos, y además con placa en calle. Todo muy correcto.
#11:
La abuela de mi mujer, con 99 años, aún recuerda cómo tuvieron que salir huyendo. Se me saltan las lágrimas solo de repasar con ella, algo que no le suele apetecer demasiado comentar, las mil y una historias que padecieron en el camino, como la de que pasaron un puente corriendo y la siguiente familia saltó por los aires porque volaron el puente; o cómo los primeros días, cuando aún tenían comida le daban café a su hermano de tres años para que continuase la marcha y no parara; o de cómo tenian que esconderse en las cañadas hasta que llegase la noche. Un testimonio absolutamente desgarrador.
Comentarios
Ampliación del suceso. https://ateneorepublicanodelasrozas.es/?p=323.
Militares españoles asesinando a sangre fría a ciudadanos españoles inocentes e indefensos, y además con placa en calle. Todo muy correcto.
#2 Cositas de la gente de derechas, nostálgicos del holocausto y del lado bueno de la historia.
#2 No eran españoles, eran rojos y por lo tanto fusilables como los "26 millones de hijos de puta"
Es hora de enfrentar la verdad sobre La Desbandá una atrocidad de la Guerra Civil que demanda justicia y memoria
#0 Arregla el titular, anda.
#5 Dicho y hecho, señor. Gracias.
#7 Las gracias en MNM se dan con un positivo. Pero no pasa nada, ya te lo doy yo a ti.
#8 Se lo había dado, pero ahí lleva usted otro.
Uno podría pensar que estás cosas son de tiempos menos civilizados, que jamás volvería a ocurrir.
Bueno, esto está pasando ahora mismo en Gaza, y los medios y gobiernos, aplauden.
Queipo de Llano explica con una “broma” la decisión de bombardear a la población civil:
“A los tres cuartos de hora, un parte de nuestra aviación me comunicaba que grandes masas huían a todo correr hacia Motril. Para acompañarles en su huida y hacerles correr más aprisa, enviamos a nuestra aviación, que los bombardeó”
Una alimaña de las muchas que alimentó el franquismo.
La abuela de mi mujer, con 99 años, aún recuerda cómo tuvieron que salir huyendo. Se me saltan las lágrimas solo de repasar con ella, algo que no le suele apetecer demasiado comentar, las mil y una historias que padecieron en el camino, como la de que pasaron un puente corriendo y la siguiente familia saltó por los aires porque volaron el puente; o cómo los primeros días, cuando aún tenían comida le daban café a su hermano de tres años para que continuase la marcha y no parara; o de cómo tenian que esconderse en las cañadas hasta que llegase la noche. Un testimonio absolutamente desgarrador.
Los asesinos siempre han cometido asesinatos, pero nunca se han atrevido después a decir que lo hacían con especial placidez.