En 1942 en Bilbao, producto del hambre, había mucha prostitución entre las mujeres. Los falangistas que se dedicaron al estraperlo no solo se dedicaron a enriquecerse, sino que trataron, en algunos casos y lo consiguieron, prostituir a las esposas de los que estaban presos por un puñado de comida. No solo son las mujeres quienes se dedicaban a este medio de subsistencia, abundaban las niñas de 12 y 14 años. Existieron muchas enfermedades venéreas, sobre todo sífilis, además, la tuberculosis aumento de forma aterradora.