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#2:
Lo que más impacta de Sachsenhausen son las historias que puedes escuchar con los pinganillos (por llamarlos algo, porque son mamotrecos) que te dan. Tales como la de los excavadores de un túnel en el patio, o que los barracones estaban tan abarrotados que no podías ir a la letrina por la noche sin quedarte a la vuelta sin sitio.
Desde Berlin, tienes que coger un cercanías y luego hay un trecho hasta el lugar, pero dentro de él puedes explorar el sitio libremente, oyendo (si quieres) las historias del "pinganillo" antes citado. Puede llegar a ser un tanto abrumador.
Desde Berlin, tienes que coger un cercanías y luego hay un trecho hasta el lugar, pero dentro de él puedes explorar el sitio libremente, oyendo (si quieres) las historias del "pinganillo" antes citado. Puede llegar a ser un tanto abrumador.
#11:
#7 ya lo hicieron, en ese campo sin ir más lejos, hay un barracón quemado por ellos, diciendo que eso fue construido a posteriori para criticar el 3er Reich, ése es el nivel. El artículo se deja atrás cosas muy interesantes del campo, como los "caminadores" presos a los que vestían como los militares de campaña, con 30 kilos de equipo, y los ponían a caminar diez horas al día dando vueltas en círculo dentro del campo. Tan solo para comprobar el desgaste de las botas y del resto del equipo, para luego enmedar esos errores en el material que enviaban al frente. O también que había un prostíbulo (de los pocos campos que lo tenían), en el que los presos con buen comportamiento podían mantener relaciones con una de las presas que había en el prostíbulo y cuyo único papel era ser violadas día tras día. O sea que sí, había algo peor que ser un preso en un campo de concentración alemán, ser una mujer de un prostíbulo de uno. Terrorífico.
Comentarios
¿Sánchezhausen? De esto, Federico hace un libro.
Lo que más impacta de Sachsenhausen son las historias que puedes escuchar con los pinganillos (por llamarlos algo, porque son mamotrecos) que te dan. Tales como la de los excavadores de un túnel en el patio, o que los barracones estaban tan abarrotados que no podías ir a la letrina por la noche sin quedarte a la vuelta sin sitio.
Desde Berlin, tienes que coger un cercanías y luego hay un trecho hasta el lugar, pero dentro de él puedes explorar el sitio libremente, oyendo (si quieres) las historias del "pinganillo" antes citado. Puede llegar a ser un tanto abrumador.
#2 La verdad es que son impresionantes. A mi lo que más me ha impresionado es la sala de los nombres en Mauthausen. Entras en una sala oscura iluminada por miles de lucecitas diminutas. Entonces te das cuenta que son los nombres de los que allí murieron. Además hay unos libros con los nombres y origen de cada persona: lo abro en una página aleatoria y justo me sale un hombre de un pueblo a 10km del mio…
Cuando lo visité nos contaron que en ese campo se habían producido seis fugas. Una de ellas de un prisionero junto a su carcelero de las SS. En mi cabeza me imaginé que había surgido el amor entre ambos en mitad de la barbarie.
He visitado Berlín y Cracovia en todos los dos casos he empleado un día en visitar Sachsenhausen y Auschwitz y la sensación, estando ya turistificado es horrible.
No quiero me imaginar los campos en pleno funcionamiento.
¿Para que recibió el apoyo el día anterior?
Debería ir a visitar también en Berlin la exposición "Topographie des terror". Da mucho más contexto a todo los sucedido.
Deberían obligar a todos los neonazis alemanes a visitar varios campos de exterminio.
#7 Lo justificarían. Como hacen aquí los españoles "de bien".
#7 Una cosa que me sorprende los neonazis es que por un lado niegan que pasara, por otro se pasaban videos de lo sucedido y se cuentas chistes.
#2 es curioso, al estar solo con 2 barracones a modo museo, da un lugar muy desangelado.
La zona de los médicos da grima.
Luego la zona comunista es curiosa, dado según entras apenas se ve, debes ir avanzando hasta ver la zona.
Por lo que me dijeron, lo hicieron de esa manera, para que la gente no se dieran cuenta, al estar por delante el campo nazi.
Y allí luego ves el museo que tienen allí.
#7 ya lo hicieron, en ese campo sin ir más lejos, hay un barracón quemado por ellos, diciendo que eso fue construido a posteriori para criticar el 3er Reich, ése es el nivel. El artículo se deja atrás cosas muy interesantes del campo, como los "caminadores" presos a los que vestían como los militares de campaña, con 30 kilos de equipo, y los ponían a caminar diez horas al día dando vueltas en círculo dentro del campo. Tan solo para comprobar el desgaste de las botas y del resto del equipo, para luego enmedar esos errores en el material que enviaban al frente. O también que había un prostíbulo (de los pocos campos que lo tenían), en el que los presos con buen comportamiento podían mantener relaciones con una de las presas que había en el prostíbulo y cuyo único papel era ser violadas día tras día. O sea que sí, había algo peor que ser un preso en un campo de concentración alemán, ser una mujer de un prostíbulo de uno. Terrorífico.
(viene de #11) También omite que todos los presos trabajaban fuera del campo, y a diario los llevaban caminando durante kilómetros hasta los campos de trabajo cercanos, sobre todo fabricando ladrillo, pasando por delante de las casas del pueblo a diario (al llegar entras por una calle flanqueada por preciosas casas alemanas donde antaño vivían los oficiales del campo).
Otra cosa curiosa de este campo era la forma de ejecutar a los prisioneros, fusilaban, sí, pero no era la forma más habitual. Tenían un sistema montado en el que un soldado ponía al preso atado contra una pared, y otro, desde otra habitación, accionaba un mecanismo con una cuerda que disparaba un arma que apuntaba a la cabeza del preso a través de un pequeño agujero. El soldado que colocaba al preso no apretaba el gatillo, y el que disparaba ni siquiera veía al preso. Lo inventaron para evitar los suicidos de soldados que se veían obligados a ejecutar mediante tiros en la cabeza a prisioneros, muchas veces mujeres y niños. De este modo aliviaban la culpa y transformaban el sistema para convertirlo en algo mecánico.
Luego se dieron cuenta de que su principal problema no era el ritmo al que eran capaces de matar prisioneros, que podría ser rapídisimo, vieron que el ritmo real de ejecuciones lo marcaba la velocidad a la que se podían deshacer de los cuerpos, y es por eso que ampliaron los hornos crematorios.
Éste no era un campo de exterminio como tal, pero sí se exterminó a muchísimos prisioneros, no todos murieron por las duras condiciones del campo (ni mucho menos).
Si váis a Berlin para mí es visita obligada.
El consejo de "id a visitarlo" hay que acompañarlo de los efectos secundarios que produce visitar sitios así. Opresión, depresión, tristeza, ... No se si atreverme a recomendar una visita así a nadie.
Visita obligada. Aunque sea una atracción turística, remueve cosas que todos deberíamos tener removidas.
La vuelta a Berlín era mucho más silenciosa que la ida. Pero con una percepción mayor de los miedos a nuestra propia especie y valorar lo que tenemos.
Yo fui hace ya casi veinte años
#7 deberían obligar a todos los alemanes a visitarlos..., en especial a los gobernantes y policías, porque algo muy similar a eso es lo que están apoyando y defendiendo.
Cuando viaje a Polonia yo visité Madjanek y es impresionantw. No quise ir a Auswich porque era todo un dia de excursion, en cambio si vas a Lublin puedes visitar Madjanek en una mañana cogiendo un autobus urbano. Eso si, te quedas con el animo destrozado y con ganas de llorar,pero como dice el articulo, hay que visitar un sitio de estos una vez en la vida al menoa
#7 ¿Crees que iban a cambiar de manera de pensar? Están podridos...
#7 Cuando fui a visitar este campo hacia poco que habían quemado un barracón, no espabilan.