Hace 1 año | Por Nopcsa a elespanol.com
Publicado hace 1 año por Nopcsa a elespanol.com

El antiguo impulso de concebirnos como propietarios del suelo que pisamos y de cuanto nos rodea ha terminado por desvencijar el mundo, que se ha poblado de terratenientes y de gentes que no saben vivir sin adueñarse. Aprender que nada nos pertenece, asumir que nada es nuestro, es una escuela tan liberadora y sustancial que a partir de cierta edad deberíamos formar parte de su alumnado.

N

Ramón Andrés es una persona lucidísima, Difícil es encontrar a gente tan coherente en el mundo contemporáneo.
Seguramente este artículo no capte la atención de los meneantes para llegar a ser portada, pero creo que intentarlo es siempre importante.

M

#1 Aunque en lo básico coincido con él, me ha resultado un tanto místico, creo ofrece una perspectiva más de carácter y espiritualidad.

Yo pienso que llegados a este punto, es una cuestión que debe abordarse desde una óptica organizativa y desde las bases de la teoría del valor.
Creo que el estado debería ser el único propietario legal de todo el suelo, y se pudiera conceder su derecho de uso siempre garantizando los derechos fundamentales y velando por el bien común.
La propiedad y el derecho a heredar el suelo es algo a lo que me cuesta cuesta encontrar sentido.

seby

Como movimiento filosófico y de conducta en el día a día moralmente es impecable, pero queramos admitirlo o no, el consumo, la producción, la propiedad privada y la riqueza con todo lo negativo en cuánto a las consecuencias nefastas que para las personas, la ecología y las injusticias que provoca, debemos de admitir que nos ha llevado a obtener un conocimiento científico impresionante.
Recordad que en términos temporales, el ser humano es un suspiro. Hay mucha probabilidad de que nos extingamos como especie, bien por un meteorito extraordinario, un cataclismo vulcanológico, o por un cambio climático extremo incontrolable. Así pasó en el pasado y volverá a suceder.

Donde quiero llegar a parar, es que el planeta continuará y que después de unos cuantos millones de años apenas habrá rastro de nosotros.
Esto pasará siempre y cuando no hayamos avanzado tanto tecnológicamente hablando que tengamos la capacidad de evitar lo inevitable. Bien con la capacidad de colonizar otros planetas, o con la capacidad de hacer frente a los cataclismo que acecharán a la tierra.

El conocimiento para desarrollar estas tecnologías vendrá mas que nos pese, de la competitividad de las personas, de la riqueza acumulada que se dedique al avance científico, (la ventaja tecnológica) y del nefasto consumo que ayuda a crear esa riqueza.

Triste pero es mi opinión.