Hace 3 años | Por painpast a publico.es
Publicado hace 3 años por painpast a publico.es

Ocurrió en Múnich, en julio del 37. Dos muestras de arte concurrían en la capital bávara aquel verano-preludio de la barbarie. Las dos eran, para más señas, antagónicas. Una tenía por objetivo mostrar al mundo el arte que el nacionalsocialismo consideraba admirable, la otra pretendía exhibir el arte que le repugnaba; a la primera le adjudicaban con honores la etiqueta de Arte Alemán, y a la otra, en cambio, la de Arte Degenerado.