Hace 4 años | Por JanSolo a eldiario.es
Publicado hace 4 años por JanSolo a eldiario.es

Gestión técnica y abierta de la situación de emergencia por coronavirus. Humanidad en la consejera que se echó a llorar al recordar a sus compañeros sanitarios fallecidos. Encontronazos con sus socios de gobierno del PP

Comentarios

McCarrack

Prefiero que mis políticos gestionen bien. Lo de expresar sus emociones ya que lo hagan en casa.

D

Un político que tiene sentimientos humanos.
Ojalá hubiera más.

s

No digo lo que pienso sobre este tema y sobre la gerencia de asuntos sociales de CYL porque me llevan los demonios.

Manuel_A.

#2 Pues dilo, dilo. Te desahogas y de paso nos informas.

s

#3 No puedo dar muchos detalles porque hay denuncias, demandas y vericuetos variados en marcha. Pero te puedo contar un cuento.

Se trata del cuento de un edificio donde un país llevaba a sus personas mayores. En ese edificio cuidaban a esas personas cuando ya no podían hacerlo por sí mismas. De vez en cuando había que ver si en estos centros se cumpían todas las medidas sanitarias para que las personas mayores estén en las mejores condiciones posibles. Una mujer, entre otras personas, se encargaba de esto. Un día fue al edificio de las personas mayores y se encontró con cosas como estas:

- Las personas que usan equipos especiales y que trataban a personas aisladas por una grave enfermedad se paseaban por la cocina "porque tenían hambre y querían unos plátanos".
- El personal de enfermería mezclaba a las personas mayores (enfermas y no enfermas) en un comedor general porque dar de comer a los ancianos en dos plantas diferentes "llevaba mucho tiempo".
- Todo el personal utilizaba un vestuario de 20 metros cuadrados al mismo tiempo, sin escalonar la entrada o la salida.
- La mayoría del personal usa equipos de protección, por ejemplo guantes, pero no se los quitan a la hora de la comida, para salir a fumar o para ir al baño.
...

Así que la mujer, muy preocupada por lo que había visto, decidió hacer una reunión con los jefes de servicio y con el director del centro para exponer su preocupación. Recibiendo por respuestas: "eso no está en el protocolo" o "estamos en ello". Y la mujer, también puede comprobar papeles en mano que si los trabajadores tienen material de protección es porque el director lo ha pagado de su bolsillo (supuestamente con la esperanza de que se lo reembolsen en un futuro).

Y con toda esta preocupación, la mujer se reúne con sus colegas profesionales y hablando de lo que han visto, constantando que esto es algo generalizado. Así que se ponen en contacto con gerentes sanitarios, gerentes de servicios sociales y demás farándula de las altas esferas. Lo hacen con humildad, intentando aportar y mejorar las cosas. Aportando simples procedimientos de actuación que ni siquiera tienen coste económico. Recibiendo por respuesta el silencio en algunos casos y la reprimenda en otros: "es el momento de remar todos juntos, les conviene no continuar por ese camino" les dicen.

Y la mujer continua intentando hacer su trabajo lo mejor que puede, pero constata que todas sus recomendaciones (y de sus colegas) son desoídas sistemáticamente en edificios de mayores, centros de salud y hospitales. Así que las lágrimas de cocodrilo no me valían.

Cuando se busquen los motivos de por qué hay tantos infectados entre el personal sanitario o tantos fallecidos en residencias de mayores puedes echarle un vistazo a este cuento, aunque la versión original tiene más de 2000 páginas.

Manuel_A.

#4 Muchas gracias por el cuento, que tel como lo describes, es de terror. Lo que ha quedado al descubierto es que las residencias, en muchos casos se manejaban desde la desidia, la usura y la falta de protocolos de higiene con una población vulnerable a cualquier enfermedad.

Me temo que lo que ha ocurrido con el COVID ha tenido que ocurrir en menor medida con gripes estacionales u otras enfermedades, solo que eso no es noticia.

Espero que esta sea una de las cosas que cambien una vez se acabe la pandemia.