La primera audiencia supervisada por un juez federal de alto rango encargado de revisar los documentos propiedad del gobierno recuperados de la casa de Donald Trump se vio empañada por dificultades técnicas, ya que quienes llamaron de forma remota no silenciaron sus teléfonos. “Debe silenciar sus teléfonos”, grita una persona mientras otros usan un lenguaje grosero para transmitir el mensaje. “God Bless America”, se podía escuchar a una persona cantando
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