Hace 1 año | Por Batalla a elplural.com
Publicado hace 1 año por Batalla a elplural.com

La maldición de la eterna juventud”, ese es el nombre que recibe un estudio realizado por la Juventud de España y Oxfam Intermón, y que refleja que los jóvenes españoles experimentan la mayor precariedad, inestabilidad e incertidumbre de los últimos 60 años. Es más, el mismo documento pone de relieve que una de cada tres personas de entre 16 y 29 años se encuentra en riesgo de pobreza y/o exclusión social. Los salarios insuficientes para el coste actual de vida o la remota posibilidad de acceder una vivienda son las realidades y preocupaciones.

Comentarios

D

Fue el plan del PP en las elecciones de 2011. Tuvo éxito. Hacer más pobres a los trabajadores y que lso inversores internacionales se llevasen muchos beneficios de España a cuenta de eso.

Hart

Y los que vamos cumpliendo años continuamos pobres porque no hemos podido trabajar apenas.

Magog

El ultra liberalismo se está destruyendo solo

D

Según los altos estándares éticos e intelectuales de Menéame, este artículo debe ser considerado aporófobo, además de obviador de la dimensión cultural, porque al presuponer o implicar que la pobreza y la precariedad son cosas malas o negativas, implicando con ello también que las personas que hacen nacer a sus propios hijos en la pobreza o la precariedad están haciendo daño o perjudicando a esos hijos, está culpabilizando, criminalizando y estigmatizando a las personas que simplemente deseen ejercer su legítimo, legal y fundamental derecho humano y progenitor, además de su cultura, de considerar que la pobreza y la precariedad son circunstancias lo suficientemente adecuadas y estupendas para hacer nacer y criar a sus propios hijos en ellas, a que sus hijos también les agradezcan la pobreza y la precariedad tanto como ellas, esas personas progenitoras, las agradecen a sus padres.

Si los jóvenes consideran que la precariedad y la pobreza son circunstancias lo suficientemente estupendas y adecuadas para hacer nacer a sus propios hijos en ellas, están en su derecho, y nosotros no somos nadie para entrar a cuestionárselo.

Y es que en esto debe consistir el vivir en una sociedad civilizada: en que sepamos respetarnos los unos a los otros las costumbres, marcos culturales, y diversidades ideológicas, de opiniones, de preferencias, de criterios progenitores y de principios éticos de cada cual.

A

"35 horas a la semana de lunes a viernes y me pagan al mes 300 euros bruto"