Escoge un sitio con un aire limpio, por ejemplo un rincón remoto de Los Pirineos, y coloca unas trampas para sólidos del aire. Espera unos meses y mira la trampa. Encontrarás una gran variedad de plásticos que han sido transportados desde kilómetros de distancia. Imagina ahora lo que estás respirando en tu ciudad o en tu casa, tapado con tu manta de poliéster. Artículo original:
sci-hub.tw/10.1038/s41561-019-0335-5