Hace 9 años | Por --432295-- a elcritic.cat
Publicado hace 9 años por --432295-- a elcritic.cat

El Área Metropolitana de Barcelona ha admitido en los últimos 38 años un millar de cambios en el Plan general metropolitano (PGM) tramitados "a menudo con escasa justificación". Así consta en un documento de análisis interno de la AMB, al que ha podido tener acceso CRÍTICO, elaborado este año por el catedrático de urbanismo de la UPC Josep Parcerisa... TRADUCCIÓN: #1

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¿Escasa justificación? ¿y el 3% de donde sale?

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TRADUCCIÓN: #1

Según se desprende de la ley de su reconstitución en 2010, la AMB tiene como "objetivo prioritario del mandato 2011-2015" iniciar la redacción del Plan director urbanístico metropolitano (PDU) de Barcelona que ha de sustituir el antiguo PGM. En pocas palabras, esto quiere decir rehacer todo el mapa de ordenación territorial y actualizar la planificación urbanística de los 36 municipios metropolitanos, donde unos tres millones de personas viven repartidas en 636 kilómetros cuadrados. El Área Metropolitana, un poder en la sombra tal como retracta el reportaje publicado ayer por este medio, se ha convertido en un imperio con 600 millones de euros de presupuesto y competencias en urbanismo, residuos, transporte y agua presidido por Xavier Trias (CiU) pero que gobierna Antoni Balmón (PSC).

Este mapa ha sufrido un millar de modificaciones desde 1976 a través de pequeñas o grandes recalificaciones urbanísticas que "a menudo se han tramitado con una escasa justificación" y han provocado "malentendidos y algunas políticas erráticas". El documento de análisis hecho por Parcerisa viene precedido de un primer documento de trabajo aproximativo sobre la redacción del PDU en el que hacen aportaciones el mismo Parcerisa, los también urbanistas Sebastián Grado (secretario general de la AMB) y Joan Busquets, el politólogo Joan Subirats y el ecólogo Ramon Folch.

Ejemplos de perversión entre el millar de cambios del PGM son, según Parcerisa, las constantes "mordidas" especulativas en el delta del Llobregat o el "ritmo disparado" de las recalificaciones urbanísticas y "la aceleración de los expedientes de modificación" desde 1995 , en plena burbuja inmobiliaria. Unas actuaciones que, según el catedrático de urbanismo, son poco justificables si el objetivo de los retoques de la planificación urbanística, que tanto se han generalizado con el paso de los años, debería ser sólo "hacer posibles las estrategias tecnicopolítiques de progreso y de confort en el interior de la orden de la ciudad compacta ". El caso es que los 451 planes parciales y los 2.623 planes especiales que desde 1976 han desarrollado el PGM, alterado a su vez por más de 1.000 expedientes de modificaciones puntuales, dan una idea del poder que la AMB tiene sobre el desarrollo urbanístico de un territorio de 47.758 hectáreas, con todas sus derivadas políticas y, sobre todo, económicas.

Así, y hasta el año 2009, el 46% de las casi 14.000 hectáreas de suelo declaradas urbanizables por el PGM habían sufrido modificaciones del planeamiento inicialmente previsto en 1976 Por el contrario, sólo el 24% de las 17.000 hectáreas de suelo urbano ya consolidado y el 9% de las 16.000 hectáreas de suelo no urbanizable (rural o protegido) se han visto afectadas por modificaciones urbanísticas en las últimas tres décadas. Sin embargo, y según revela el exhaustivo estudio interno realizado por la AMB, más del 50% de las modificaciones urbanísticas se aprobaron a partir del año 2000 En un significativo 16% de los casos, estas modificaciones del PGM responden a algún tipo de iniciativa privada, mientras que el 84% restante son de iniciativa pública. Hay que añadir el dato de que el 13% de las modificaciones van acompañadas de un convenio urbanístico entre la Administración y un agente privado. Esto no significa necesariamente tener que imputar a los cambios la etiqueta de la especulación, pero tampoco lo excluye. Y, en todo caso, sí ilustra la progresiva consolidación en todo el que en la Barcelona post-olímpica se bautizó como "urbanismo concertado" y que mezcla intereses públicos y privados no siempre bien delimitados ni confesables.

Entre el millar de modificaciones del Plan general metropolitano hay que han permitido operaciones de gran alcance y bien reconocibles porque han cambiado la ciudad metropolitana prevista en 1976: desde la mayoría de obras en la Barcelona de 1992 (Villa Olímpica, rondas , Montjuic ...) hasta grandes infraestructuras como la inmensa ciudad aeroportuaria, la modificación del cauce del Llobregat para ampliar el puerto y la Zona Franca, el puerto de Badalona y las zonas industriales de Hospitalet y Cornellà, así como también el plan 22 de Barcelona y grandes actuaciones como la apertura de la Diagonal hasta el mar, el frente marítimo del Poblenou y Sant Adrià o la urbanización que queda pendiente en Sant Andreu-Sagrera.

Pero también se han hecho cambios del PGM no por puntuales ni de menor dimensión dejan de imprimir un sello muy determinado en la evolución de la ciudad. Por ejemplo, y en pleno debate sobre el impacto del turismo en Barcelona, es significativo comprobar que hay 13 modificaciones del plan que han permitido dedicar suelo inicialmente reservado para equipamientos en "explotación hotelera considerada de interés general", con un volumen de edificación permitida de 97.802 metros cuadrados. Del mismo modo, 13 modificaciones más del PGM han transformado 82.530 metros cuadrados de techo industrial en 97.268 metros cuadrados más de techo destinado a uso hotelero. Y no necesariamente en Barcelona ciudad: la transformación de la Gran Vía a la altura de Hospitalet sobre el eje del hotel Hesperia es un ejemplo paradigmático.

Una síntesis valorativa de más de tres décadas de PGM indica que el conjunto de los 36 municipios metropolitanos ha permitido construir 44.749 viviendas más de los inicialmente previstos en 1976 Y, esto, a pesar de que los tres millones de habitantes actuales del área metropolitana son sensiblemente menos que los 4,3 millones potencialmente previstos hace 38 años. Aparte de que la densidad de población por vivienda se ha reducido casi a la mitad (en 2007, el promedio de habitantes por piso era de 2,6, y en 1976 era de cuatro), no escapa a nadie el hecho de que la burbuja inmobiliaria sembró el territorio de viviendas nuevas que la especulación y el posterior estallido de la crisis ha dejado vacíos por miles.

Significativo es también constatar sobre el plano del área metropolitana que el corazón económico de Cataluña ha perdido casi cinco millones de metros cuadrados de techo industrial en las últimas tres décadas. El declive industrial es acelerado desde 1992 y casi inversamente proporcional y paralelo en el tiempo al aumento de hasta cerca de cuatro millones de metros cuadrados de techo para actividades terciarias. Finalmente, y en cuanto a la reserva de zonas verdes en suelo urbano, éstas se han incrementado en 450 hectáreas (un 26,37%) respecto a la planificación urbanística de 1976.

cosmonauta

Pues sufrir sólo 1000 modificaciones en 30 años me parece poquísimo, digno de los mejores planes quinquenales soviéticos. En 1976 no sabían nada de las olimpiadas,en forum o las ampliaciones de puerto y aeropuerto.

D

Porque solo han mirado desde hace 38 años para acá...