Las normativas de movilidad parecen pensadas desde las grandes ciudades y sólo para beneficio de la gente que vive enellas, abandonando al resto, y perjudicando sus posibilidades de desarrollo y supervivencia.
Los políticos, ya que nos toca convivir con ellos, deberían pasarse más tiempo caminando por las calles, oyendo a los ciudadanos de a pie, y menos tiempo calentando sus sillones.
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Los políticos, ya que nos toca convivir con ellos, deberían pasarse más tiempo caminando por las calles, oyendo a los ciudadanos de a pie, y menos tiempo calentando sus sillones.