La imagen recurrente de la mujer que, como Maite Zaldívar o la examante de Pujol, destapa la corrupción como forma de vengarse por un desamor, alimenta estereotipos sexistas. Su protagonismo empaña los enfoques informativos: lo político, el lucro ilegal, el engaño a la ciudadanía pasan a un segundo plano.
Comentarios
Palabras con Maite Zaldívar o examante no son noticia. Rozán la prensa rosa esas palabras.
¿Pero lo hace por despecho o por dinero?
¿O es que somos tan ingenuos para pensar que los gobiernos no sobornan, extorsionan y manipulan.
Mas bien la agente a sueldo del CNI...
No, desde luego que por ética (como mínimo) o por tener la conciencia tranquila no será motivo suficiente.