Hace 9 años | Por cascavell a huffingtonpost.es
Publicado hace 9 años por cascavell a huffingtonpost.es

Cuando tenía 10 años, en el colegio gané un premio a la cortesía. Dicho de otra manera, me dieron un premio por ser educada. A mi hermano, en cambio, se le consideraba el cómico de la clase. Éramos el prototipo social de una señorita y el chico que actúa como un chico. En el mundo, las lecciones sobre buena educación durante la infancia son asimétricas dependiendo del género. Enseñamos a las niñas a pedir el turno para hablar, a escuchar con atención, a no decir palabrotas y a evitar interrumpir a la gente, a diferencia de lo que se espera de l

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