Un reciente estudio de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), revela que la manera como manejamos la ira o el enojo es determinante en el proceso de cicatrización de las heridas. El estudio es el primer experimento controlado que mide el impacto de la ira en el proceso de curación.
imagínense esto: un niño híper-auto-abstraído idea un amigo imaginario como el compañero de juegos ideal, al cual rápidamente se le atribuyen características más realistas. Este fantasma se convierte en una personalidad completamente separada, con sus propios gustos y temperamento- y el imaginante e imaginado discuten y pelean constantemente, a pesar de lo cual siguen siendo amigos. Este patrón continúa hasta el punto en donde el niño percibe como realidad lo que antes pertenecía a la mera fantasía en su mente.
Definitivamente me hizo pensar que todos los ositos tienen un traje especial el cual oculta su verdadera naturaleza.