#2 Si los empresarios son según la liturgia del neocapitalismo fracasado los creadores de puestos de trabajo (y según tú) estarás conmigo que son al mismo tiempo los culpables de la perdida de los puestos de trabajo, y como esta crisis no la hemos provocado los trabajadores, sino, la avaricia de los tiburones financieros y las grandes corporaciones, lo lógico es que dado que se está aprovechando hasta el tato para adelgazar las plantillas a costa del erario público la mayoría de las veces (Fondo de Garantía Salarial) y teniéndo claro que se ha de ayudar en todo lo que se pueda a la pequeña y mediana empresa igual que a los desempleados (vía créditos públicos, subsidios y subvenciones) ya que las entidades bancarias privadas (y algunas cajas) están solo para recibir y tapar sus agujeros) la Huelga General es más necesaria que nunca, primero como medida de presión para demostrar que estamos hasta las mismísimos [...] y que basta ¡ya! de tanto capitalismo carroñero y segundo para decirle al Gobierno y a los poderosos que la reforma que necesita este país no es la Laboral, que llevamos cinco, es la reforma empresarial y en mayúsculas, que aquí se autodenomina empresario cualquiera, sino, miren al impresentable fracasado que encima quiere dar consejos a los demás de como salir de la crisis mientras sus empresas están en la uvi debiendo salarios y cotizaciones sociales contados por millones de €: Gerardo Diaz Ferran, presidente de CEOE
#138 por supuesto que los artistas se benefician de las descargas de internet, el enlace que has puesto es muy clarificador, te doy un positivo por que no te puedo dar más.
A mediados de los años 70 yo era controlador de calidad en una empresa discográfica, eran los años que los artistas se partían la cara por obtener publicidad, único medio que como és sabido por pura lógica que un artista llegaba a ser conocido y después, y solamente después, era codiciado por las empresas del ramo, empresas que a la menor oportunidad se la metían doblada a los artistas en las letras pequeñas de los contratos y los tenían a la mayoría, sobre todo a los que no pasaban de la media, de esclavos al servicio de la discográfica durante toda la duración del contrato.
De aquellas los artistas se ganaban la vida pateándose los pueblos con las giras con pocos medios y mucha ilusión, donde algunos con gran esfuerzo y sacrificio se hacian algún hueco y llegaban a grabar un disco. Las distribuciones y actuaciones musicales en la radio y televisión no pagaban derechos de autor, al revés, cobraban por dar publicidad a los autores y cantantes.