El problema seguramente radica en que los hijos del columnista son demasiado tontos como para ser médicos por sus propios medios, demostrando su valía en la educación pública, y papi desea tener derecho a comprarles un titulito bajo el que esconder la estulticia de su prole.
A mi me sorprende que alguien con un blog tan extremadamente feo y carente de diseño alguno tenga la decencia de hablar sobre belleza.