Resulta que a final de enero, en Málaga (y en otras provincias andaluzas), se realizaron concentraciones para reclamar más recursos y personal para la sanidad pública. Los organizadores se quejaban de que los recortes de la Administración estaban siendo muy evidentes. Sin embargo, la afluencia de gente a esas movilizaciones no fue un éxito. Más bien, un leve grupo de personas fue el que se concentró. Curioso que semanas después, tantos miles de personas salgan a los balcones a aplaudir lo que nunca quisieron defender.

Entrevista del proyecto Zona de Digitales, donde el twitero y autor de ¨La hija de la araña¨ habla sobre sí mismo y analiza a diferentes personajes políticos actuales.

Un twitero conocido por sus exquisitos análisis de la realidad social y política, analiza el panorama actual de España, además de dar su opinión sobre términos políticos más repetidos últimamente.

Gloria, la enfermera y vecina de El Palo a la que el pasado lunes le pincharon las dos ruedas de la parte del copiloto de su coche, cada una con cinco navajazos, tendrá en breve dos ruedas nuevas gracias a Michelín España.

Después de que Irene Montero hablara de hogares ¨monomarentales¨, la twitera @MPILARGALERA explica que esa palabra no existe, por lo que estamos ante otro uso erróneo del lenguaje en el afán por cubrir lingüisticamente al sector femenino.

Desde el Ministerio de Cultura y Turismo italiano ya se está trabajando para que los ciudadanos puedan bañarse en el mar este verano, mientras los empresarios del sector han pedido un reglamento que permita ir a la playa manteniendo las medidas de seguridad para evitar contagios. Así, algunos han propuesto mamparas de plexiglás, que podrían instalarse entre las sombrillas y las tumbonas para preservar las distancias, e igualmente en las mesas de los restaurantes.

La ONG de infancia Save The Children ha promovido una carta abierta a la ministra de Educación, Isabel Celaá, en la que le piden que abra los colegios en verano y que se "limite" la repetición de curso para que sea una excepción mucho mayor que en un año habitual, "casi residual", pues consideran que la educación a distancia impuesta por la pandemia del coronavirus COVID-19 está impidiendo a una parte del alumnado seguir el ritmo del curso.

La Policía Nacional ha intervenido en Málaga en una pelea de gallos que se estaba celebrando pese al estado de alarma y los agentes localizaron a 32 personas en apenas cincuenta metros. La Policía también halló varios animales, algunos de ellos muertos, y todos los intervinientes han sido sancionados en virtud del Real Decreto que regula el estado de alarma, según ha informado la Comisaría Provincial de Málaga.

Varios de vecinos de Alhaurín de la Torre han sido multados con 1.000 euros cada uno tras simular un desfile procesional en plena calle, incumpliendo de este modo el confinamiento obligatorio decretado en la lucha contra el coronavirus. Después de la difusión de unas imágenes en vídeo en las que se ve a una mujer portando un crucifijo, acompañada de dos falsos legionarios que entonan el Novio de la Muerte, ha sido el propio alcalde del municipio, Joaquín Villanova, quien ha concretado a través de Facebook las sanciones.

En tiempos de incertidumbre y colapso del sistema, resulta muy enriquecedor escuchar este discurso para que al menos, reflexionemos.

En 2020 prolifera un virus... y en 2045 el país ya está sometido a un régimen autoritario. No estamos hablando de la crisis del coronavirus sino de La Valla, una serie española de Atresplayer y que, de momento, todavía no tiene fecha de estreno en Antena 3, el canal en abierto.

La pandemia llegó más tarde al país vecino, que agilizó las medidas cuando era todavía incipiente. Más médicos y camas, más centralización y un mayor civismo (social y político) explican también el desajuste.

Con un consumo medio de 324 minutos por persona, es decir, casi cinco horas y media frente al televisor, el pasado jueves fue el de mayor consumo televisivo de la historia en ese día de la semana, según el informe diario de la consultora Barlovento.

Fue uno de los más altos responsables del legendario club de moteros estadounidense y se encontraba entre nosotros rodando una serie inspirada en sus experiencias vitales cuando irrumpió el coronavirus. Pudo haber tomado un vuelo VIP a Los Ángeles pero prefirió «afrontar la adversidad y quedarse»

¨Todo va a salir bien¨ se ha convertido en el lema español de la pandemia. Algo difícil de asimilar y tomar en serio teniendo en cuenta que en breve superaremos las 16.000 muertes (serán muchas más), que llevamos más de 150.000 contagiados y que la crisis económica que se avecina será de proporciones bíblicas. No, imposible que vaya a salir bien porque ya ha salido mal. Pretender vender lo contrario es ponerse una venda en los ojos y adoptar una sonrisa falsa.Y si esa frase era el lema, también tenemos canción. Es muy complicado escapar del que ya podemos considerar como himno oficial del confinamiento. Ese ¨Resistiré¨ que diferentes artistas han versionado para que se escuche en todas partes.Una canción que aun siendo una oda a la fuerza interna de resistir lo que se nos venga encima, termina resultando cansina y rancia cuando pretenden utilizarla como fuerza común de los españoles. Unos españoles que estamos aguantando mucho. Que vamos a perder (mínimo) dos meses de nuestras vidas por algo que, según los expertos en la materia, se podría haber evitado implantando medidas y restricciones mucho antes.A mí no me engañan. Esto no es una oportunidad de crecimiento ni una ocasión de conocernos mejor a nosotros mismos. Afortunadamente, todo eso lo llevo a cabo en mi vida cotidiana, pero ya no estamos en la vida cotidiana. Este confinamiento solo tiene un nombre: putada. Estamos viviendo una putada. Todos. Unos en mayor medida y otros en menos porque claro, esta situación no es igual vivirla sanos que enfermos, ni en un chalet con piscina y jardín que en un estudio de 50 metros cuadrados.Entiendo perfectamente que dadas las circunstancias, quedarse en casa es la única forma de evitar la propagación del virus. Pero es jodido de cojones. Hay que reconocerlo y no hacer una campaña de marketing para que vivamos esta cuarentena como si fuera la experiencia que va a cambiar nuestras vidas.Pero la concepción moderna de la felicidad impuesta de forma permanente vuelve a aparecer incluso aquí. Haz ejercicio para estar en buena forma. Ve películas/series para entretenerte. Lee novelas para cultivar la mente. Haz, haz, haz…Haz todo eso para alcanzar la felicidad. ¡No! Es imposible alcanzar la felicidad si no puedo dar un paseo. Si no puedo visitar a mi pareja. Si no puedo ir tranquilo a comprar o a tirar la basura.Esto es una putada en mayúsculas y cuando antes nos demos cuenta, mejor.

¨Todo va a salir bien¨ se ha convertido en el lema español de la pandemia. Algo difícil de asimilar y tomar en serio teniendo en cuenta que en breve superaremos las 16.000 muertes (serán muchas más), que llevamos más de 150.000 contagiados y que la crisis económica que se avecina será de proporciones bíblicas. No, imposible que vaya a salir bien porque ya ha salido mal. Pretender vender lo contrario es ponerse una venda en los ojos y adoptar una sonrisa falsa.Y si esa frase era el lema, también tenemos canción. Es muy complicado escapar del que ya podemos considerar como himno oficial del confinamiento. Ese ¨Resistiré¨ que diferentes artistas han versionado para que se escuche en todas partes.Una canción que aun siendo una oda a la fuerza interna de resistir lo que se nos venga encima, termina resultando cansina y rancia cuando pretenden utilizarla como fuerza común de los españoles. Unos españoles que estamos aguantando mucho. Que vamos a perder (mínimo) dos meses de nuestras vidas por algo que, según los expertos en la materia, se podría haber evitado implantando medidas y restricciones mucho antes.A mí no me engañan. Esto no es una oportunidad de crecimiento ni una ocasión de conocernos mejor a nosotros mismos. Afortunadamente, todo eso lo llevo a cabo en mi vida cotidiana, pero ya no estamos en la vida cotidiana. Este confinamiento solo tiene un nombre: putada. Estamos viviendo una putada. Todos. Unos en mayor medida y otros en menos porque claro, esta situación no es igual vivirla sanos que enfermos, ni en un chalet con piscina y jardín que en un estudio de 50 metros cuadrados.Entiendo perfectamente que dadas las circunstancias, quedarse en casa es la única forma de evitar la propagación del virus. Pero es jodido de cojones. Hay que reconocerlo y no hacer una campaña de marketing para que vivamos esta cuarentena como si fuera la experiencia que va a cambiar nuestras vidas.Pero la concepción moderna de la felicidad impuesta de forma permanente vuelve a aparecer incluso aquí. Haz ejercicio para estar en buena forma. Ve películas/series para entretenerte. Lee novelas para cultivar la mente. Haz, haz, haz…Haz todo eso para alcanzar la felicidad. ¡No! Es imposible alcanzar la felicidad si no puedo dar un paseo. Si no puedo visitar a mi pareja. Si no puedo ir tranquilo a comprar o a tirar la basura.Esto es una putada en mayúsculas y cuando antes nos demos cuenta, mejor.

Según se puede ver en el vídeo (es un hilo en twitter), varios agentes de policía han acudido a una parroquia donde se realizaba una celebración religiosa. En vez de desalojar y sancionar a los allí reunidos, participan de la litúrgia y se marchan entre aplausos. "El cuerpo del CNP forma parte de nuestra cofradía" afirmaba el cura.