Hace 5 años | Por --604335-- a jotdown.es
Publicado hace 5 años por --604335-- a jotdown.es

Es mucho lo que se ha escrito sobre el espía que fue capaz no solo de infiltrarse en ETA, sino de auparse hasta lo más alto de su cúpula, llegando a convertirse en su jefe de infraestructura. El golpe que sus informaciones dieron a la organización terrorista estuvieron a punto de desbaratarla en una fecha tan temprana como 1975. Pero en todo lo publicado y especulado sobre él hasta la fecha faltaba un ingrediente principal: su propio testimonio.

Comentarios

D

Parece como si hubiera sido una gran hazaña infiltrarse en ETA. En el franquismo había infiltrados en cualquier conato de grupo de oposición, por eso todos eran rápidamente desbaratados. La excepción fue ETA, porque hablaban en euskera y no había euskaldunes que colaboraran con el régimen por motivos obvios. De ahí su crecimiento y éxito. Solo en el tardofranquismo encontraron a alguien que hablara euskera dispuesto a colaborar con el régimen. El Lobo este no fue ningún héroe sino algo bastante parecido a su antónimo.

caracoless

En otra ocasión, estando en una encerrona montada en Argelia por los servicios secretos españoles para hacerle desaparecer, se enterró en la arena y disparó al depósito de gasolina del 4×4 en que le perseguían un grupo de soldados argelinos, acabando después con ellos a tiro limpio.

... Pero una cosa fue librarse de la justicia, y otra de la persecución de Rafael Vera y José Barrionuevo, que con sus técnicas GAL intentaron hacer estallar una bomba al paso de su vehículo. Revelaron además su foto, ubicación de su casa y oficina para que los etarras pudieran dar con él y matarlo, ya que estaba en su punto de mira desde el final de la Operación Lobo. Retirado a una finca en el campo, y abandonado por todos, cayó en una depresión de la que solo le sacaría Mamen y la pintura.

El Lobo cuenta cómo se canceló repentinamente la Operación Alabarda contra el narcotráfico debido a la implicación en la misma de un importante político. Pudo comprobar de primera mano cómo esos bancos privados del extranjero donde los dictadores habían guardado fortunas saqueadas del tesoro público de sus países se quedaban con todo, negando cualquier acceso a los herederos. Conoció la venta de armas por parte de Fidel Castro a los fundamentalistas islámicos. Incluso llegó a encontrarse en el Café Gijón con Mohammed Atta, el terrorista que estrellaría uno de los aviones contra las Torres Gemelas en el atentado del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York. Lejarza lanza la pregunta de por qué muchas de sus informaciones cayeron en vacío, cuando hubieran podido servir para impedir atentados. Y nos deja intuir que la respuesta es de todo menos bonita


Las cloacas del Estado. Lo que tubo que pasar este tío

D

El lobo montó el estanco al final?