Los ganadores no habían medido bien la grieta que había dentro del PSOE, con Pedro Sánchez o sin él. Ahora la grieta ya está cuantificada: 59 por ciento a favor y 41 en contra. Lo cierto es que casi un año después dejan huérfanos y desconcertados a muchos votantes que creyeron que en este país había media docena de urgencias económicas, sociales y regeneradoras de la democracia que debían anteponerse a los miedos de unos y las ansias de otros.
Por mucho que digan, las heridas del PSOE empezaron a abrirse en torno a 1990, mal que les pese con la cal viva y sobre todo con merma de derechos laborales; continuó en 1996 con la imposición del aparato sobre el candidato elegido por las bases; y culminó con el abrazo a las políticas neoliberales de 2010 y la reforma constitucional para poner la deuda como Santo Grial al que consagrar todo lo demás. Lo de ahora no hace más que terminar de desangrar al enfermo
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Por mucho que digan, las heridas del PSOE empezaron a abrirse en torno a 1990, mal que les pese con la cal viva y sobre todo con merma de derechos laborales; continuó en 1996 con la imposición del aparato sobre el candidato elegido por las bases; y culminó con el abrazo a las políticas neoliberales de 2010 y la reforma constitucional para poner la deuda como Santo Grial al que consagrar todo lo demás. Lo de ahora no hace más que terminar de desangrar al enfermo
vaaaaaya, la SER lavando el culo a los chorizos; y habrá capullos que se lo tragarán. Amén.